Otra Sevilla sigue siendo posible...y lo de las setas tal vez sea lo de menos...

Queridos amigos:

Desde un tiempo a esta parte, se viene debatiendo en esta plataforma sobre si otra Sevilla es posible. Sobre si el entorno en el que vivimos puede ser calificado, según lo veamos, de futurista o cavernícola.

Movido por la inquietud que genera la discusión, aproveché el desabrido día de ayer para coger carretera y manta, y visitar dos proyectos que considero pueden arrojar luz sobre la controversia. Dos proyectos que considero en las antípodas uno del otro, sobre los que os hago un breve report:

Proyecto 1: ¿Mordor en Aznalcóllar? No: Abengoa Solar y Sevilla en la ciencia-ficción.

Desde hace tiempo, mis visitas a la Antilla se han visto iluminadas por una concentración inusual de luminosidad proveniente de la derecha de la carretera conforme se baja la cuesta de Sanlúcar la Mayor: tres torres de diferentes alturas, hacia cuyas puntas convergen miles de rayos solares creando el efecto de la torre del malignísimo Sauron y su ojete que todo lo ve.

Pues bien, ayer iba camino de Tavira, en Portugal, a pasar un día de playa, pero no pude aguantar mi curiosidad y en lugar de tanta playa, decidimos tomar la salida y acercarnos a aquel lugar lleno de misterio. Se ve bien de lejos, pero ¿cómo son de altas las torres? ¿qué pinta tienen los espejos? y sobre todo: ¿se podrá mirar directamente sin pestañear ese bastinazo de luz?

Esas preguntas nos íbamos haciendo conforme nos acercábamos al lugar, con las tres torres haciéndose cada vez más altas, hasta que descubrimos su verdadera dimensión: la "pequeñita" podría tener unos buenos 50 metros; la mediana, tiraba ya a los 150 metros, y la grande, calculo que pasaba de los 200 metros.

Pero no sólo era la escala de las torres lo que impresionaba, ni mucho menos: conforme se llega con el coche, el espectáculo es ver los diferentes modelos de captadores de energía solar puestos en juego; desde espejos planos y los semicilíndricos horizontales, a los plegados, pasando por extrañas arañas parabólicas...todo un mundo de artilugios salidos de la mente de algún ingeniero visionario, que tuvo a bien poblar la llanura del Guadiamar de auténticas criaturas venidas del futuro...

He de reconocer que la visión de tanta energía, tanta imaginación, tanto pragmatismo, tanto poderío, me empalotizó mentalmente: me hizo ver que todavía existen razones para pensar que no, que no somos cavernícolas, que nuestro primitivismo es algo atávico, pero algo en definitiva que podemos dejar atrás...

(Intermedio gastronómico: ¿Se puede seguir comiendo de tapas hasta jincharte, por 5 euros por persona, en España? Sí: en Moguer y en la bodeguita de Raposo)

Proyecto 2: ¿Los pitufos en Sevilla? No: Metropol Parasol y Sevilla en el flyer-ficción.

La vuelta a Sevilla hubo de deparar otra visita suculenta, máxime cuando a lo largo de la semana había sido anunciada, a bombo y platillo, la inauguración del Metropol Parasol, también conocido popularmente como las setas...

He de poner una cosa por delante: mis más profundas convicciones en arquitectura me mueven a defender ante todo la introducción de elementos contemporáneos en las ciudades, entendiendo que la ciudad es suma de diferencias, y que su discurso complejo se enriquece y se vuelve comprensible por la aportación de la arquitectura actual.

Pero me pasa algo con las setas. Quiero quererlas, porque creo que existen nuevos procesos por los cuales la arquitectura se genera abriendo nuevas vías donde explorar; por los cuales se puede experimentar una nueva espacialidad, una nueva relación con la tecnología, unos nuevos paisajes. Sin embargo, con el proyecto de Jürgen me pasa algo. Estoy seguro de que conforme pase el tiempo me volveré más benévolo, incluso contemplo que a la larga, el proyecto de Jürgen termine haciéndome gracia (fue Woody Allen el que dijo lo de tragedia + tiempo = humor), pero del metropol parasol he de decir tres cosas:

- La primera, que nos han dado gato por liebre, o lo que viene siendo en arquitectura, nos han dado flyer por maqueta: para Sevilla, Jürgen no ha proyectado un flyer, sino que directamente ha entregado una maqueta...y claro, la sensación se me hace extraña, porque normalmente las maquetas se cogen con las manos, son manejables y pequeñas. Pero cuando son gigantes, hacen a todo lo que las rodea aún más pequeño, y crea una impresión ciertamente perturbadora...impresión a la que, insisto, intentaré acostumbrarme...

- La segunda, que Jürgen habrá calculado el proyecto con Ove Arup, pero no ha contado con que lo iban a fabricar aquí: os invito a daros un paseo por la base de las setas para comprobar el guarreo de los puntos de contacto entre los troncos y el suelo, y os fijéis en que ese encuentro hipertecnológico se ha hecho a base de palaústre, dándole formita a la curva...Según me han dicho hoy, se ha abierto una cuenta en facebook denunciando cagadas constructivas del proyecto. Tampoco voy a entrar en eso. Pero lo que queda para mí claro, es que a una empresa constructora acostumbrada a hacer pitufos, no se le puede encargar la ejecución de un proyecto singular...porque luego, pasa lo que pasa...pero bueno, intento ser comprensivo y benévolo, y mira que me cuesta, pensando que el nivel de la construcción en nuestro entorno llegará algún día a parecerse al de Europa...

- La tercera, que por supuesto, el político y sus técnicos, algún detalle extra habrán de dejar para la posteridad...por eso os invito a que veáis cómo no ha podido faltar la rotulación de letras negras de azulejo de Triana (atentos, mientras Triana se puebla con LEDs de Tron), para escribir en una de las setas: "Plaza Mayor"...y quedarse tan tranquilos...pero sobre todo, mi benevolencia y mi comprensión se agotan con lo definitivo: tras darle carta de confianza al arquitecto (me ha costado), y a la constructora (me ha agotado), me vengo abajo con lo último...y con todos mis respetos para los que tenéis niños, cuando veo que han vuelto a poner el inevitable, penoso y cateto corralito prefabricado para niños con cacharritos de madera...en lo alto de las setas...eso sí, pintado de blanco galáctico...me puedo imaginar al alcalde en la inauguración, con los ojos bañados en lágrimas viendo a los niños de Sevilla jugando en sus cacharritos debajo de la bandera de Europa...

Atentos a ese suelo, padres que llevéis a vuestra prole a las setas...envolvedlos en papel albal o en film transparente, porque si se os caen al lado de los cacharritos no van a parecer niños, sino obreros de Sacyr Vallehermoso...

Pero todo esto lo digo aún con todas salvedades, insisto, y aceptaré que me reprochéis el que esté nadando y guardando la ropa. Le veo futuro a las setas. Se lo veré más cuando dentro de unos años, alguien caiga en plantar la plaza con árboles de puta madre, que crezcan incluso por encima de la maqueta de Jürgen, para que, si realmente el proyecto es una metáfora orgánica, pueda fundirse realmente con la naturaleza...o cuando planten enredaderas, o lianas, cayendo desde arriba, y realmente tengamos un parasol exótico en nuestra cateta ciudad, que buena falta le hace...

Pero hay una cosa que no os voy a negar. Si vibré con algo ayer, fue con el sonido mecánico de los miles de paneles de la central solar en movimiento perpetuo, buscando orientar sus rayos hacia las torres de Abengoa...la energía limpia de la libertad...sonará a tópico, seré un iluso pero ahí sí que me convencí, de nuevo, de que otra Sevilla sigue siendo posible...y de que las setas, tal vez sean lo de menos...

Abrazos

Plax