miércoles, 8 de septiembre de 2010

Ha crecido el número de fanfarrones... en el País de los Mentecatos

Estos días he estdo pensando mucho sobre el caso del Profesor Neira. Ha sido inevitable.

Y he llegado a la conclusión que el caso del profesor Neira es un caso surrealista. Un hombre invisible, que un día se las da de héroe y sigue un impulso microsegundal, que le lleva a defender a una señorita cuyo novio la maltrata pero ella le quiere, y éste último, fenotípicamente español, le pega una patada de kárate al hombre invisible aprendiz de héroe que lo deja en coma durante meses, hasta que, como si de una película de Almodóvar se tratara, se despierta súbitamente, quizá movido por una repulsa instentinal subconsciente a las actuaciones telebasuras de la señorita defendida. Lo condecoran y le dan un cargo político. El hombre invisible se hace tan visible que se empieza a volver loco, de remate... y en un país de Mentecatos, pierde gloria y... trabajo...





Verdaderamente surrealista... pero no menos que lo siguiente...





Como en la genial película de Woody Allen "Todos Dicen I Love You", yo creo que al Profesor Neira nunca se le llegó a disolver un trombo durante el coma y ese trombo aún colea, lo convirtió a la Religión Nacional Chocolatinística, fundada por el Sumo Pontífice PiJR, y tan fiel le ha convertido ese trombo que ha seguido a su Dios El Chocolatinas a pies juntillas... y a La Espe se le ha ido la situación de las manos...

Y es que tras escuchar a La Espe, yo me pregunto si estará El Chocolatinas reflexionando sobre las responsabilidadas de un ex-puesto político, como le pedía La Espe reflexionar al Profesor Neira para un puesto político? y es que, puede un Creyente desobeceder a su Dios?... a La Espe se le ha ido la situación de las manos...

Como vaticinaba Gabilondo, quien no es santo de mi devoción, pero aquí la ha clavado, con el Profesor Neira ha crecido el número de fanfarrones... en el País de los Mentecatos.

El Miniyo del Demiurgo.

1 comentario:

  1. Te felicito Miniyo. Este post sintetiza el estado del país: políticos oportunistas, gente que se hace famosa en un día, y valiosos trabajadores que son marginados por sus empresas y mandados al último despacho de la oficina por no plegarse a las directrices marcadas.

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