Leía hoy en uno de los TBOs locales que cada día intentan condicionarnos, que desde la II República no se quedaba la Madrugá de Sevilla sin poder disfrutar de todos sus pasos en la calle. En aquella ocasión fue por otros motivos diferentes a los del intenso diluvio que estos días nos está dejando sin la más importante manifestación de la cultura sevillana.
Un declarado ateo entrópico racional como yo, no encuentra la forma racional de explicar cómo es hermano de una cofradía, y cómo a sus queridos Telémaco y Lucilio los viste de monaguillos cada año para acompañar al paso de Cristo de nuestra Hermandad.
Tampoco encuentra la forma racional de explicar que le pone los pelos de punta sentir el fervor de los barrios y el recogimiento extremo de las hermandades de silencio, que se representa cada día de la Semana Santa, cofradía a cofradía, calle a calle.
Tampoco encuentra forma racional de explicar que la "Madrugá" es una experiencia sensorialmente extraterrestre, a través de la cual levita viendo al Gran Poder, al Cristo de los Gitanos, a la Esperanza de Triana, al Silencio y a la Macarena, en las obras de arte que configuran en sus pasos y en el contexto que los envuelve.
Y sobre todo, no encuentra forma racional de explicar que La Sentencia y Los Armaos, le emocionan hasta casi llorar. A él, todo un supuesto ateo entrópico racional.
Por ello, hoy no me he podido resistir a recordar la entrada de La Sentencia en La Basílica de la Macarena del año pasado, a falta de haberlo podido vivir en directo este año...
Lo que me lleva a concluir que la Cultura es verdaderamente una inteligencia social que determina nuestro ser y que está por encima de nuestra inteligencia individual.
Miniurgo.
Querido Miniurgo: en este tema debo ser tu contrario, porque a mí, que sí creo bastante, me da un poco de coraje esta utilización pagana de la figura de Jesús. Sobre todo porque ya casi ni se conoce la otra.
ResponderEliminarYo, como escribió Machado, y luego cantó Serrat: "No puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar".
Pero bueno, respeto el punto de vista con el que cada uno lo quiera ver...
Me parece que la Semana Santa ya no es Santa. Es decir, cada uno encuentra lo que busca: unos la fiesta religiosa (los menos) la mayoría justo eso, una fiesta. Para mi gusto, de manera menos respetuosa de lo que me gustaría, pero es un reflejo de la sociedad en la que se da.
ResponderEliminarPersonalmente, me paso el año despotricando
contra las hermandades (Alienados!!! Estais en una secta!!!) pero todos los Viernes Santos estoy como un clavo donde hay que estar, y la Amargura, las Cigarreras o la Macarena me provocan cataclismos a los cuales la mayoría de los señores Escévola habidos no se han acercado.