domingo, 5 de junio de 2011

The English Patient

Al escribir en el anterior post que "nada como viajar en tren", me he acordado por alguna extraña conexión sináptica, de una de las grandes obras de arte cinematográfica de todos los tiempos... El Paciente Inglés.

Hacía tiempo que no escribía sobre cine y escribir de esta enorme producción del genial Anthony Minghella, me cuesta. Me cuesta sobre todo porque sólo la he visto una vez y fue hace ya muchos años. En el año 98, en inglés subtitulado al francés en el Anfi del INSA de Lyon. Ya ha llovido de aquello.

Por lo que me cuesta poner en pie el argumento y hacer una crítica decente. Pero sí recuerdo de forma nítida, los sentimientos tipo "pelos de punta" que la historia, fotograma a fotograma me iba produciendo, de un modo sobrecogedor hasta llegar a darme "un pellizco en el corazón".

Y recuerdo como su fotografía era el catalizador de todos estos sentimientos. Y precisamente esto, es lo que me ha hecho recordar los viajes en tren. Porque aunque no sale un solo tren en toda la película, al menos que recuerde, los viajes en avioneta sobre el desierto y la fotografía desértica de fondo de un rojo anaranjado intenso, desarrollados a través de planos que por sí mismos valían un Oscar, me recuerdan a mis largos viajes en tren desde Lyon a Sevilla recorriendo buena parte de Francia y toda España, y me recuerdan a mi cabeza postrada sobre la ventanilla, ansioso por llegar, frente a ese intenso rojo amanecer sobre la geografía andaluza, combinando cientos de pensamientos acelerados por el sobrecogimiento que provoca tanta belleza natural... sólo apreciable viajando en tren, sólo integrable de forma tranquila en tus pensamientos viajando en tren...





La mente es así. Una idea te lleva a otra y toda tu vida, en el fondo, vista desde dentro de tu mente, se reduce a infinitas conexiones sinápticas.

Ahora sí, seguimos a la vuelta. Buena semana a todos.

Miniurgo.

3 comentarios:

  1. Qué peliculón...con la mala memoria que tengo para recordar argumentos, realmente me cuesta volver a montar en qué consistía, pero sí me acuerdo de que al final me harté de llorar...lo cual la eleva, dentro de mi escala particular sentimental, al olimpo del celuloide...

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  2. Esta película es una peli de culto para mí. Además fue la primera película que ví en el cine con la que hoy es mi mujer.

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