sábado, 11 de junio de 2011

Solidarność

Querido Abuelo, durante mi viaje por Polonia, me he acordado mucho de tí... me he acordado mucho de tu "Contra el muro vivíamos mejor..." y he reflexionado mucho, observando el entorno, de si Lech Walesa, líder de Solidarność, acertó o no con su revolución de los años 80. De si el niño del siguiente video viviría hoy mejor o peor que sus padres...





No he llegado a una conclusión cierta, aunque creo que vive hoy mejor, a pesar de la indignación que le pudiera provocar el egoista mundo que le ha tocado vivir... diferente al de sus padres?

Y es que, es el modelo socioeconómico escondido tras el Muro el valor diferencial real de aquella sociedad vs la actual? Qué es lo que de verdad hacía a aquel modelo mejor a tus ojos que el actual?

Un fuerte abrazo Abuelo.

Miniurgo.

4 comentarios:

  1. Gracias por tenerme presente en tu viaje, querido Miniurgo. La verdad que responder a tus preguntas es bastante difícil.
    Si entendemos que el sistema socialista prima la colectividad frente al individuo, y el sistema capitalista establece lo contrario, evidentemente, las posibilidades individuales del niño del vídeo son infinitamente mayores que la de sus padres.
    Para unos, esta amplitud de posibilidades es fundamental en el desarrollo psicosocial de la persona, y cualquier forma y/o intervención del Estado no es más que una merma de su libertad, por lo que esta intervención debe limitarse al mínimo.
    Para otros, entre los que me incluyo, una acertada y justa intervención y regulación del Estado en la organización económica es el medio más fiable para alcanzar un progreso colectivo que, por supuesto, limitará el enriquecimiento de unos, pero que también impedirá que otros vivan en condiciones impropias del ser humano.
    Evidentemente, en el siglo XXI, soy consciente de que el párrafo anterior provoca el descojone.
    Quizás habría que preguntarse porqué los países del bloque socialista se preocuparon tanto de controlar al individuo en una lucha de que no se les escaparan a occidente, y no de hacer precisamente fuerte a su forma de estado. (¿Y si mi querida DDR hubiera dedicado todo el personal y medios de la Stasi a la economía planificada?)
    También creo que el capitalismo es infinitamente más atractivo, y que el bloque comunista cayó más porque la gente sabía cómo se vivía al otro lado, que porque estuvieran hartos de vivir en el comunismo. Y también porque sus dirigentes no predicaban con el ejemplo, claro.
    Pero sí me creo el compromiso con el que vivía el socialismo la madre de la película "Good Bye, Lenin" y el discurso que da el presidente ex-astronauta en esa misma película. Claro, que eso no es más que un relato nostálgico, y yo un iluso.
    Un abrazo

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  2. Querido Abuelo, estoy 100% de acuerdo con tu comentario, que me ha gustado mucho.

    Hay una cuestión de fondo que me genera inquietud personal y tomo como base de la argumentación que voy a lanzar una afirmación que haces: "el sistema socialista prima la colectividad frente al individuo, y el sistema capitalista establece lo contrario". Te pregunto: El modelo socialista es como el del hormiguero de la fábula del hormiguero y el capitalista es el que hizo que el hormiguero se destruyera? Yo lo comparto. Pero, para que el modelo funcione ¿requeriría que alguien controlara el hormiguero y mitigara los deseos individuales? ¿Requeriría un dictador? ¿La España de Franco era en el fondo un modelo similar?... Termino: habría que concluir que para que el modelo colectivo funcionara se requiere un "controlador" de la colectividad? un superhombre que supere el concepto de dictador "vividor-hijoputa" de los modelos pasados y actuales que no funcionan porque hacen que este monigote sea el único que disfrute de lo que a los demás quiere privar por el bien de la colectividad?

    Un fuerte abrazo.

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  3. Abuelo: vaya pedazo de comentario que te has marcado. De los mejores que recuerdo. Para ponerlo en un post...

    No entro de momento al debate, esperando tu respuesta a Miniyo, que plantea un tema con fondo sobre el asunto...

    Abrazos

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  4. Miniurgo, perdona mi tardanza en contestar, pero esta semana he andado liado.
    Intentaré responder a lo que me preguntas: no creo que necesariamente tenga que ser un dictador el controlador y mitigador de los deseos individuales. Es más, si los deseos individuales tienen que ser reprimidos por la figura de un "superhombre", mal empezamos.
    El primar la colectividad frente al individualismo debe ser algo intrínseco a la sociedad, que se mame desde pequeñito.
    Tampoco es necesario aniquilar los deseos y la creatividad individual. Simplemente, sería ideal que el ciudadano uniera la satisfacción propia (porque somos humanos) por los objetivos conseguidos en su trabajo; al hecho de que ese logro le pertenece tanto a él como al resto de la sociedad en la que vive, y que es la que ha puesto los medios para que lo logre.
    Sé que esto suena casi utópico, muy alejado de conceptos como "propiedad intelectual", "copyright", "derechos de autor", o del ideal "hacerse a sí mismo" que te venden desde USA, pero recuerdo un documental en el que habló el creador de los "Ampelmännchen" (los muñequitos de los semáforos de Berlin Este, y casi único resto de la Alemania Oriental en la Alemania Unificada), y contó que su mente tenía asimilado un discurso muy similar al que te he expuesto. Yo, al menos, me lo creí.
    Soy consciente de que lo que expongo es muy difícil de lograr en una sociedad, que está formada por individuos, cada uno de ellos con su propia complejidad.
    Pero bueno, a pequeña escala, tu familia o la mía, también está formada por individuos complejos, y como a veces hemos hablado, nuestros vástagos son muy diferentes entre sí. Y nuestros actos van encaminados a tirar del carro común, no a fomentar la pelea o la competitividad entre ellos. No primamos los deseos de uno sobre otro, e incluso prestaríamos más apoyo y atención al que más lo necesitara.
    Y eso es porque lo tenemos inculcado. A lo mejor hay una sociedad masai en la que al hermano débil lo echan de la tribu. Ellos lo ven de lo más normal, y a nosotros nos aterraría.
    Un fuerte abrazo.

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