LOCOS POR LAS SERIES (10ª parte): The Walking Dead

Queridos amigos:

Debo a mi querido amigo Dani la recomendación que os traslado, una vez concluida Carnivàle de una forma un tanto abrupta...

Esta vez se trata de un producto más comercial, del que llevo visionados tres capítulos. De comercial que es, ya La Sexta la tiene programada a partir de Año Nuevo...El caso es que hasta ahora está cumpliendo con las expectativas, a modo del pasatiempo que pretendía ser The Event, aunque sin llegar a ser una obra maestra al estilo Breaking Bad y Mad Men, que siguen siendo los productos audiovisuales televisivos más gloriosos de todos los tiempos...

El caso es que The Walking Dead vuelve a explorar la temática apocalíptica urbana a la que es tan aficionado el cine estadounidense, sobre la cual un escritor inclasificable como el angeleno Mike Davis ha tenido la oportunidad de teorizar en un libro inclasificable como es Dead Cities.
The Walking Dead cuenta la historia de un policía del Estado de Georgia, Rick Grames, que tras pasar una temporada en coma a causa de un tiroteo, se despierta en el hospital y se encuentra todo vacío, como si hubiera explotado una bomba de neutrones...empieza a explorar el lugar, y se da cuenta de que lo que realmente ha ocurrido es un holocausto...

A partir de entonces, Rick va descubriendo que el holocausto realmente es (y estas cursivas y esta negrita se la dedico a Miniyo) un holocausto caníbal zombi...ejércitos de zombis vagando por las calles de la ciudad, en busca de carne fresca que comer...

Para este holocausto caníbal zombi hay dos antecedentes, que inspiran claramente a The Walking Dead, que son las películas 28 days after y 28 weks after, del incomparable Danny Boyle. Holocaustos inexplicables en los que una mínima parte de la población sobrevive, amenazada por el apetito asqueroso de una legión de zombis que pululan por un Londres abandonado...

Hay una diferencia clave: si los zombis de 28 days y de 28 weeks son auténticos atletas que del hambre que tienen se hacen los 100 metros por debajo de los 10 segundos, los de The Walking Dead son más bien tontitos: movimientos lentos, gritos así como de tener mu mal cuerpo...zombis que individualmente no suponen una amenaza seria, y que sólo consiguen atemorizar, como los canis, cuando van en bandas, o como demostró Michael Jackson, cuando se ponen a hacer una coreografía tipo Thriller...

Claro está que ese atontamiento zombi es el que da cancha a los guionistas para desarrollar la trama del campamento de resistentes, refugiados en un bosque a las afueras de la ciudad. En el campamento, se recupera el mito de la comunidad americana autoorganizada, presente desde los orígenes de los Estados Unidos, sólo que trasladado a la periferia de una ciudad anónima y anómala como es Atlanta...sede de la CNN y de la Cocacola, y de unos Juegos Olímpicos que pasaron también de forma anómala y anónima, sin pena ni gloria, a la historia del deporte...

En ese sentido, Atlanta supone una novedad. Después de haber visto destrozada a Nueva York por inundaciones y extraterrestres, y a Los Angeles por terremotos y plagas bíblicas, la capital de Georgia pasa a ser exterminada por los zombis, en lo que me aventuraría a hacer un paralelismo con el fenómeno de los homeless y la pobreza endémica del sur de los Estados Unidos...una ciudad de nuevo abandonada, de la que la población ha intentado huir a la desesperada, y un campo del cual habrá de surgir la esperanza...

Señoras y señores, Historia Americana en estado puro...bienvenidos, Walking Dead, como pasatiempo por esta árida travesía del desierto hasta los oasis audiovisuales de Breaking Bad y Mad Men...que la disfrutéis...

Abrazos