Quería compartir con vosotros mi fuerte apetencia por los aguacates. Me encanta la textura y sabor de este fruto y podría comerme cientos de ellos de forma consecutiva. Es uno de los descubrimientos culinarios derivados de mi convivencia con Afrofita.
Esto hace que en casa, normalmente dispongamos de aguacates, y por tanto, nos los comamos. Tras lo cual siempre tiramos el hueso.
Sin embargo, estas navidades, quizá movido por la compasión que invade nuestros espíritus en esas fechas, decidí no tirar uno de ellos y probar con él un experimento que nunca creí que fuera a funcionar:
- Pinché tres palillos de dientes (de la marca Don Palillo, esos que tienen en la caja de plástico una foto de un palillo de dientes con chistera) en el hueso del aguacate.
- Cogí un recipiente que según Afrodita es especial para criar aguacates (tiene la base más ancha que la boca, de forma que en la boca se puede ubicar perfectamente el aguacate con los tres palillos de dientes clavados y en la base se podrían alojar las raíces si el experimento funcionara.
- Llené el recipiente especial con agua del grifo, la cual cambié cada tres días.
Y mantuve este experimento durante tres meses, hasta que cuando estaba a punto de desistir en el intento, comprobé que le salió una pequeña raíz en la base. a partir de ahí ha ido surgiendo la vida del hueso y me he sentido como Gene Wilder en El Jovencito Frankestein...
He logrado crear un aguacate, un árbol de América, de la familia de las Lauráceas, de ocho a diez metros de altura, con hojas alternas, coriáceas, siempre verdes, flores dioicas y fruto comestible.
Espero no se muera en el siguiente hito que es pasarlo a una maceta. Os contaré el proceso.
Miniurgo.
Amigo Miniurgo, aunque veo que te has informado de la taxonomía mejor que el mismísimo Linneo, esta, como tú bien dices,laurácea es originaria de Méjico y extendida a tierras más meridionales, ergo su hábitat es como muy poco tropical, ergo es una planta que requiere de SOL, ergo por eso tiene ese tallo de 40 cm que busca a Horus desesperadamente y está agotando sus reservas de la semilla, ergo no la plantes en una maceta sino en el jardín hombre. De un aguacate ya tienes lo más difícil hecho ahora sólo dale mucho amor que siempre te lo agradecerá.
ResponderEliminarun abrazo
Queridísimo OSO, es usted un fenómeno. you are right, pero estpy acongojado con lo de pasarlo al jardín... como me lo cargue, habré tirado por la borda 4 meses de experimentación con células vivas... no ves lo de hacer un paso intermedio a una macetita en la terraza?
ResponderEliminarPor cierto, para cuando el ansiado tsunami en forma de tu primer post? Estoy ansioso...
Un fuerte abrazo.
Mi madre quitó los naranjos para sembrar aguacates allá en las tierras tropicales de Málaga. Piden mucho sol y mucha humedad. Nunca he visto uno de ocho metros. Creo que necesitan, como románticos que son, macho y hembra para echar fruto, pero no entiendo demasiado de botánica.
ResponderEliminarEnhorabuena por el éxito en el experimento y mucha suerte en su crianza, Miniurgo.
Querido Miniurgo: ¿por qúe no dejas descansar un día tu inquieto cerebro?
ResponderEliminarAun así, gracias, porque me he partido de risa con tu experimento.
Suerte, a ti y al aguacate sobre todo.
Gracias, pero no quiero morir de éxito aún... el siguiente hito me acongoja. Os contaré en los próximos días...
ResponderEliminarUn abrazo.