Liaño, Mauro Silva, Djukic, Fran, Bebeto, Aldana, Nando, López Rekarte, Kiriakov, Claudio... liderados por El Brujo Arsenio Iglesias, consiguieron en los primeros años 90 que todos fuéramos del Súper Depor y que todos nos volviéramos a divertir boquiabiertos con el fútbol de un modesto que le hablaba de tú a tú al Madrid y Barça.
Boquiabiertos porque pocos comprendíamos cómo un equipo recién ascendido en la teporada 90-91 y que a duras penas salva la categoría en la 91-92 en la promoción a costa del Betis, en la 92-93 consigue armar un gran equipo que empieza a desplegar muy buen fútbol que en una cronoescalada de las de Contador consigue dos Copas del Rey, una de ellas la mítica del Centenariazo del Bernabéu, y sobre todo una ansiadísima Liga de la mano del tristón Irureta... después de dos subcampeonatos tristemente perdidos, especialmente el del famoso penalty de Djukic frente al Valencia... sin olvidar su presencia asidua en la Liga de Campeones alcanzando unas semifinales en las que cayó frente al Oporto de Mourinho...
Pero así es la Ley del Fútbol. Unas veces estás arriba y otras abajo... pero cuando te acostumbras al caviar del éxito, como le ha sucedido al Súper Depor, más duele vivir la decadencia de las últimas temporadas que han concluido con el triste desenlace del retorno a segunda división.
Pero el Súper Depor, siempre tendrá su sitio de honor, en la Historia de este gran deporte. Como corresponde a todos los grandes equipos que marcaron una época.
Homenaje que quiero concluir, honrando al mejor jugador de estas dos décadas, a Claudio, un modesto frente a las enormes estrellas que poblaron el cesped de Riazor, pero que frente a ellos, fue el más grande...
Albertiño, no sufras que verás como pronto estáis de vuelta.
Miniurgo.
Hace treinta años conocí en Madrid a una persona que llevaba en la solapa la insignia del Deportivo de la Coruña. Vivía en Nueva York, no era de origen gallego, sino castellano. Le pregunté: ¿por qué el Depor? "Porque no me compromete con nadie". Luego subió a primera y fueron muchos los forofos del Depor; aunque, evidentemente, con otros propósitos.
ResponderEliminarEspectacular super depor...me acuerdo de la promoción que jugó contra el Betis...del cabroncete de jugador del Depor que era Kosecki...momentos dramáticos en la historia bética, que coincidieron con el inicio del ascenso meteórico de estos cracks del balón...
ResponderEliminarMuchas gracias por acordarte de tu familia coruñesa...Fue un día triste, sobre todo porque fuimos al estadio con un ánimo completamente festivo; estabamos todos con ganas de celebración, yo solo vi un ambiente parecido en La Coruña el día que el Depor ganó la Liga...o el día que la perdió, con el famoso penalty...no creia que volviese a salir del estadio llorando después de un partido contra el Valencia. Pero la realidad es que el equipo se mereció descender. Ya llevaba un par de años mereciendolo, asi que aunque triste, justo. A ver qué pasa ahora, porque no se si con la deuda que tiene ahogado al club aguantará más de un año en segunda...y no creo que suba en una temporada, eso si que sería un milagro. En fin, que habrá que relativizar y dejarse embaucar por este Barça enorme al que acabamos de ver ganar su cuarta Champions...pero seguir apoyando a nuestro SuperDepor: este año me voy a hacer socio por primera vez en mi vida(a ver si no me arrepiento!)
ResponderEliminarMuchos besos y muchas gracias por dedicarnos un recuerdo!
Alberto
P.D.: Os sigo teniendo a los cuatro muy presentes, me acuerdo mucho de vosotros; estos días además vi varias veces en las noticias las concentraciones, también en Sevilla, bajo las polémicas Setas :) Besos y enhorabuena a todos por el blog, se ha convertido en visita diaria obligada!
Qué alegría verte también en el blog. Es tu casa!
ResponderEliminarMe dio mucha tristeza. Pero esto son ciclos, y los aficionados del Sevilla y Betis lo sabemos muy bien. De todo se sale, e incluso se puede llegar a ganar después muchos título, si no que se lo pregunten a Del Nido. Ánimo y todo un gesto el hacerte socio por primera vez. Sí señor.
Un fuerte abrazo!