La Sevilla de cartón piedra

En esta madrugada de domingo, estamos a muy pocas horas de la Noche del Pescaito, a muy pocas horas del pistelotezo de salida de la incomprensible (para una mente from Outer Sevilla), paranoia cultural y antropológica que representa la Feria de Abril Sevilla...





Y en estos momentos de reposo pancreático, por alguna razón de origen subconsciente me he acordado del peor alcalde que ha tenido nuestra inigualable ciudad. Me he acordado de Alejandro Kodak-Marcos.

Ese alcalde que pactó con quien hiciera falta y de la ideología política (o lo que sea que siguen los políticos en sus programas y discursos) que hiciera falta para poder ocupar el trono de la Plaza San Francisco.

Trono desde el que sus únicas aportaciones de calado fueron el derroche de la construcción del estadio de La Cartuja, hoy sede anual de macro bautismos evangélicos, conciertos y meta de carreras populares, colofón de la paranoia y derroche que supusieron las candidaturas olímpicas de Sevilla. Derroche de cara a la galería del que Sevilla sacó poco en claro.

Trono desde el que dejó pasar la gran oportunidad de integrar el legado de la EXPO en la ciudad.

Trono desde el que ideó la más grande paranoia surrealista ideada por un político local, la cual plasmó en su programa electoral Amo Sevilla y que consistía en reconstruir en cartón piedra las puertas históricas de la ciudad ubicándolas en sus lugares históricos originales...





Quizá el hecho de ver la Portada de la Feria en la televisión, sea lo que me ha hecho recordar a este personajete de sainete paradigma de la sociedad sevillana más cañí.

Descanse en paz en el cementerio metafísico de los políticos anormales, el descerebrado Alejandro Kodak-Marcos y su amada Sevilla de cartón piedra.

Olvidemos este desagradable recuerdo y sigamos reposando el pancreas.

Miniurgo.